El polvo es un elemento común en el entorno industrial, sin embargo, su impacto real en las actividades de trabajo suele ser infravalorado, ya que erróneamente se piensa que el polvo solamente afecta estéticamente el lugar.
El polvo es un agente nocivo para la salud, y una prolongada exposición al polvo dentro de una industria puede significar un problema grave para el organismo de las personas que trabajan en ella.
Una vez el polvo entra en el organismo y se va acumulando, el riesgo de cáncer y neumoconiosis deja de ser latente, para convertirse en un peligro real.
El polvo es problemático en muchos aspectos, esto es un hecho ineludible, por ello es necesario tomar en cuenta todas las medidas preventivas para reducir su nocividad.
Cuáles son las causas del polvo en la industria
En las naves industriales, el polvo se origina a través de distintas causas. Algunas de ellas son:
- El tránsito de maquinaria pesada y el constante paso peatonal.
- Durante la carga y descarga de mercancía o la preparación del transporte, los vehículos introducen nuevas partículas al interior de la nave.
- Actividades industriales consistentes en procesos abrasivos como el cincelado, el serrado, la perforación y la trituración de materiales contribuyen a la generación de polvo nocivo en el recinto industrial.
- La falta de limpieza de naves industriales incrementa considerablemente las cantidades de polvo generadas por las actividades anteriores, puesto que las acumulaciones de partículas nocivas no son eliminadas.
Cómo eliminar el polvo en instalaciones y naves industriales
La mejor forma de eliminar el polvo en naves industriales es mediante un sistema de purificación de aire industrial, el cual se encarga de eliminar las partículas suspendidas en el aire, permitiendo la renovación del ambiente de las instalaciones.
No obstante, el sistema de ventilación no es infalible, por lo que debe ser complementado con las tradicionales operaciones de limpieza.
La limpieza de naves industriales, y almacenes en general, se realiza mediante el uso de equipos manuales y electro-mecánicos. También suelen emplearse productos químicos neutros.
Las aspiradoras, barredoras mecánicas y las fregadoras también son herramientas comúnmente usadas para esta práctica de higiene.
Dicho esto, se hace evidente que la limpieza industrial debe ser frecuente para eliminar cualquier acumulación de polvo.
Riesgos para la seguridad industrial
La exposición prolongada del polvo es el riesgo más grave para la seguridad industrial. Esto es debido a que el cuerpo humano no dispone de defensas efectivas para hacer frente a las acumulaciones internas de partículas extrañas, las cuales atacan al aparato respiratorio y a la piel.
Entre las enfermedades que produce el polvo están las siguientes:
- Neumoconiosis: son enfermedades pulmonares entre las que se encuentran la silicosis, asbestosis, aluminosis, siderosis, beriliosis, etc.
- Cáncer pulmonar.
- Cáncer nasal.
- Irritación respiratoria.
- Alergias: asma y alveolitis.
- Infección respiratoria: a causa de virus, bacterias y hongos en las nubes de polvo.
- Intoxicación: por trazas de cadmio, plomo o manganeso suspendidas en las nubes de polvo.
- Lesiones de piel: irritación cutánea y dermatosis.
- Conjuntivitis.
- Riesgo de explosión: materias orgánicas y metales sólidos pulverulentos en el aire pueden arder explosivamente.
Medidas para minimizar el riesgo del polvo en la industria
La manera más efectiva de minimizar el riesgo de las operaciones causantes de polvo es mediante la humedad. Es decir, los tratamientos abrasivos deben llevarse a cabo utilizando equipos con accesorios de eyección de agua.
Asimismo, en ambientes saturados de polvo es necesario reducir el tiempo de exposición del personal.
Una recomendación importante es humedecer los pavimentos antes de limpiar las naves industriales.
Es fundamental que el personal disponga de los equipos de protección, como lo son las mascarillas, gafas, máscaras, cascos, etc. Además, deben existir las instalaciones adecuadas para la higiene personal.